Seis de la mañana…. estoy dormido! Porque hoy por ser el último día y tener ademas menos kilómetros voy a levantarme sobre las ocho, para desayunar tranquilamente y salir hacia las 9:30 de la mañana. Tenía que ir muy despacio porque además se daba la situación de Ester la plaza del obradoiro cerrada hasta las 13:30 del medio día por la celebración del día del Santo, fiesta en toda Galicia.
Antes de salir un desayuno y mi periódico en el bar de abajo, placeres de la vida!
Por fin salgo de Silleda dejando un albergue donde tuve la suerte de coincidir con David, Ricardo y Silvia, a los que tuve ocasión de conocer durante la tarde y noche anterior es, cada uno con sus motivos, sus ganas y su energía, pero todos con lo que podríamos llamar una actitud peregrina. Ganas de ayudar, conocer, agradar… una delicia conocer gente así y quedar además en contacto con ellos porque este es uno de los regalos que te da el camino.
Mal levantarme ellos ya no estaban ya que iban andando y su trayecto obligaba a salir antes. Salí despues de desayunar y lo primero que encontré fue un cartel muy motivador.
Ya estaba cerca y solo había salido. Busco rápido la primera salida al camino para emprender el tramo final hasta Santiago de Compostela, y una vez tomando comienzo a ver las primeras señales claras.
Por delante, lo más próximo que tengo es una gran bajada en el que desciendo de 483 metros (Silleda) a los 98 metros hasta llegar al río Ulla, cuando entro en Coruña, octava y última provincia por la que he ido pedaleando.
Una vez llego al río Ulla y que tan solo me quedan 20 kms para llegar a Santiago de Compostela voy a ir transitando por un terreno de múltiples subidas y fuertes repechos donde me encontraré muchas sorpresas entre animales, perfiles difíciles y coches algo más locos que de costumbre.
En este tramo hay constantes pasos de camino a carretera por lo que hay que estar muy atentos para no desviarnos del camino, que es el objetivo durante toda esta aventura.
Antes de empezar la subida más dura a unos cuatro kilómetros Del Río me encuentro a Silvia que caminaba sola y le hago compañía durante unos metros para ver cómo se encuentra, la verdad es que es una alegría cruzarte por el camino con alguien conocido aunque sea de una etapa porque cuando empiezas a hacer kilómetros solo, se te olvida lo bonitos que son ese tipo de encuentros y lo que te pueden alegrar el día y la vida. Los espero con todos vosotros en Córdoba y que sean tan gratificantes como este, porque el primer encuentro es solo eso el primero.
Con mi llegada al Rio ulla pongo el primer sello del día y me paro a reponer fuerzas para hacer también algo de tiempo, es entonces cuando quitándome el cortavientos descubro el maijot que llevo puesto y me quedo mirando el escudo que porta
Es entonces cuando pienso en los grandes estos que este año me han ofrecido los niños y monitores de este club por diferentes motivos, serán porque los conozco, les doy clase, los disfruto cada día… el caso es que este año he reído y llorado de emoción con ellos y eso es un acervo emocional que solo genera el deporte, bien llevado y organizado con unos valores que no educan para el deporte, sino desde el deporte. Personalmente, por mi conocimiento e implicación en ambas, en ese aspecto tanto nuestro Club Deportivo Safa, como la Escuela de Fútbol Paco Pradas, también de Córdoba, son referentes para el desarrollo completo de los niños desde el deporte. Gracias a ellos por tener la difícil tarea de enfocar todos los valores del deporte de forma positiva y hacerlo de una forma tan eficiente como apasionada. Con vosotros crece el futuro.
Salgo ya Del Río Ulla
Empiezo a pasar por diversas carreteras y que se entrelazan unas con otra atravesadas siempre por el camino, es un punto donde debemos estar muy atentos para no terminar perdiéndonos y tendiendo que terminar la etapa por carretera.
Tengo a partir de aquí indicios de que me estoy aproximando a mi meta. Cuando justamente paso bordeando el pueblo de Piñeiro tan solo me restan unos seis kilometros hasta llegar a la Plaza del Obradoiro. Ya se ve de lejos!
Sigo avanzando y en unos kilómetros me cruzo a un lado con la realidad de un desastre gallego ocurrido en 2013, en el lugar, pegado a una vaya se encuentra un altar improvisado en memoria de los muertos de aquel tren Alvia que descarrilaba en la parroquia de Angrois, a las afueras de Santiago de Compostela.
Como muchos otros caminantes que eligen este camino sanabrés, pase por lugar de los hechos. Aún hay muchos tributos en memoria de las víctimas. Vi un osito de peluche, lazos, la bandera de Galicia sobre el puente, botas, estampas religiosas… Pequeños altares y símbolos, que se corresponden con el fervor que caracteriza esta zona de España por lo que he podido comprobar en estos días.
Aparte de eso, vi pasar un tren, que dobló la curva literalmente a paso de tortuga. El límite de velocidad en este punto, ahora sí, estaba bien adaptado. La verdad es que tras llegar al albergue leí un poco sobre el tema y resulta que después de estos años aún no se han tomado responsabilidades legales ni establecido culpables, ni el maquinista ni nadie han sido responsables de ese hecho… esto da que pensar, y es que en este país, en este sentido, nunca pasa nada: el presidente del Tribunal Supremo se va de viaje a nuestra costa; el yerno del Rey se forra también a nuestra costa, a Botín le perdonaron unas cuentecitas en el extranjero, hay numerosos banqueros que hunden entidades financieras y se van a su casa tan tranquilos (e incluso con el bolsillo bien lleno) y aquí nadie pide perdón ni se le cae la cara de vergüenza, ni dimite, ni se le coloca el sambenito (prenda utilizada originalmente por los penitentes católicos para mostrar público arrepentimiento por sus pecados), ni siquiera es condenado al ostracismo social… a mí me vais a perdonar pero yo seguiré creyendo en el resto, porque gracias a Dios, aunque más castigados que ellos somos la mayoría, los honrados, los trabajadores, los humildes, los que pedimos perdón, los que pagamos lo debido y cobramos lo mandado. Gracias a Dios estoy rodeado de ellos y son los que me han traído hasta aquí y los que llevan en el corazón la semilla del árbol de un futuro cuyos frutos serán alimento de una sociedad mejor, para eso estamos aquí.
Y por fin…SANTIAGO DE COMPOSTELA, momento para disfrutar, felicitar, llorar, reír, conmemorar y como no, sacar la foto de rigor que siempre me hago al finalizar las etapas. Hoy es un día especial para mí y para todos nosotros y atrás quedan ya olvidados los problemas físicos, las muelas, caídas, frío, calor, piedras. Porque esto señores es la plaza del OBRADOIRO!!!!
Por fin en Santiago de Compostela y juntos llegamos a la Plaza del Obradoiro, siendo ahora cuando empiezo a ver una gran aglomeración de peregrinos por las calles de la ciudad. Son las 13:30 horas y por fín estoy en el centro de la PLAZA DEL OBRADOIRO enfrente del Apóstol Santiago que me da su bienvenida como al resto de los allí presentes, en su día grande.
997 kilómetros en total me indica el cuenta kilómetros de la bicicleta desde que allá por el 11 de julio saliera desde la puerta de mi casa en córdoba para llegar hoy 25 de julio. Una fecha que siempre recordare junto con otras tan especiales. Finalmente 15etapas, por tanto alguna jornada menos del mejor cálculo previsto por mi desde que había fijado llegar entre 18 y 21 días. Ahora era el momento de disfrutar de lo conseguido, llamadas a familia, amigos y como no, de inmortalizar ese momento que por supuesto espero repetir muy pronto. FIN DE LA AVENTURA.
MUCHAS GRACIAS AMIGOS Lola y Luis
Es en esta última etapa, una vez llegado a Santiago de Compostela tengo que escribir unas palabras hacia otros de los Angeles que se presentaron en mi camino, por intercesión de mi querida Eva, si, pero tambien de Santa Emilia, ya que era una antigua alumna de nuestro colegio que por causas laborales lleva viviendo cuatro años en Santiago, y que al enterarse de la noble causa que movía a nuestro cole hasta el norte, no dudó en poner todos los medios de que disponía junto Luis, su marido, para hacer de mi llegada y mi estancia lo más agradable posible.
En cierta medida debo confesar, amiga Lola, que he podido comprobar que los dones que Dios reparte en nuestro colegio desde el carisma de Santa Emilia son duraderos, calan y hacen a la persona vivir bajo la premisa de «ante todo la caridad», algo que a ti te repitieron tantas y tantas veces de niña, pero que tú has hecho vida en estos días. Para mí un rayo de esperanza de que nuestro trabaja como educadores hoy llegara fuerte hasta el mañana. Gracias por todo a tí y a Luis.
Datos de interés:
Alojamiento: Albergue Linares: https://www.booking.com/hotel/es/albergue-linares.es.html