Segunda Etapa: Alcaracejos – Campanario

6:15 de la mañana, suena el despertador y nos disponemos a recoger todo lo y salir lo antes posible de Alcaracejos para que nos pille el calor, desde la casa del Peregrino nos dirigimos hacia abajo por la carretera en dirección contraria a Córdoba(C/ Alférez Fernández Pérez). Al llegar a la altura entre una casa ruinosa (nº 20) y una nave (nº 22), giraremos a la izquierda para tomar el camino con cerca de piedra a un lado y a otro que conduce a Villanueva del Duque. Tras pasar un transformador eléctrico tomar el camino situado frente a nosotros. En un cruce metros después haremos lo mismo que en el anterior. A 4 km de la salida, haremos entrada en Villanueva del Duque por la Cruz de la Fuente Vieja.

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Dentro del pueblo nos encontraremos el primer homenaje al apóstol en forma de estatua de bronce, que llama tanto nuestra atención, frente al ayuntamiento, que nos obliga a para e inmortalizar el momento.

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A 1 km de Villanueva, del camino surge a la izquierda una bifurcación, hay que seguir de frente. Más adelante por la izquierda se incorpora un arroyo. A 2 km de la bifurcación anteriormente mencionada, prestad mucha atención en no seguir el camino principal a la derecha, sino seguir otro por la izquierda menos señalado y que vadea el arroyo del Lanchar.
En 3,5 km llegamos a Fuente la Lancha. Seguiremos las indicaciones de azulejos y flechas para salir de la población. A 1,5 km se gana la carretera, se sigue por el arcén a la izquierda 200 m, hasta que llegados a la altura de una antigua construcción, se cruza y se sigue al frente. Al poco tiempo, tomaremos el ramal de la izquierda. En 1,5 km marchando junto a la carretera bajamos hasta el Río Guadamatilla.

Esta parte del camino se hace muy difícil, está algo descuidada, de hecho estuvimos apunto de salir a la carretera paralela, pero en ocasiones no todos es avanzar por     la vía fácil, hay que saber perseverar y seguir el camino que nos toca, porque nos enseña una valiosa lección, luchando contra la propia naturaleza de nuestro pensamiento. La mente es tan perversa que un único pensamiento podrido puede pudrir cualquier decisión que tomemos. Si tuviera que elegir los más importantes, aquellos en los que las personas más tiempo se estancan y que incluso te pueden hacer caer en una especie de estado depresivo impidiendo avanzar y viéndolo todo negro lo tendría claro:

Las viejas heridas del pasado, ya que a veces me ha costaos entender que el pasado es un recuerdo, no un sitio en que vivir. Y supongo que todos tenemos recuerdos dolorosos, pero algunos recuerdos del pasado siempre los llevaremos como cicatrices, y las cicatrices son una señal de sanación. Quiero pensar que he aprendido a dejar cicatrizar las heridas, y a otra cosa.

Los temores son otra cosa importante que me ha impedido seguir adelante en ocasiones. Para mí cada temor que he tenido a lo largo de su vida lo he convertido en un reto. De hecho, me he dedicado en cuerpo y alma a practicar aquellas cosas que me daban miedo en mi adolescencia hasta que ese miedo ha. desaparecido. Hoy día suelo practicar todo tipo de deportes de riesgo; los mismos que me daban pánico hace unos años o incluso que no practiqué por un miedo heredado de mi propia familia. En otras ocasiones tengo miedo de lo que pueda suceder, y es el propio miedo el que se encarga de hacer que suceda, porque le cedo el control a ese miedos. Aunque me gusta pensar que he ido avanzando en esto para avanzar, si bien siempre aparecerán temores en cualquier cosa, lo único que diferencia a unas personas de otras es la capacidad de enfrentarse a sus mayores miedos. Eso es avanzar.

Y por último durante la vida también me ha impedido avanzar en ocasiones lo que los demás piensan de mí. Me ha costado aprender que el hecho de que otras personas estén haciendo algo por muy magnífico que sea, no significa realmente que esa opción sea la adecuada para mi. He aceptado la importancia de no vivir la vida de otros o conformarme con la que otroa quieren que viva, para vivir esa vida con la que me siento bien, y hacer lo que realmente quiero hacer. Algunas personas sin una vida propia a la que prestar atención, me adorarán o criticarán, pero al final, soy yo el que decide si me sientes feliz con la vida que estoy llevando y haciendo aquello que estoy haciendo.

Por mi labor profesional hacer frente a estas tres y otras mil cosas que nos dejan avanzar es mi día a día, hablar con niños y adolescentes para dejar la semilla de una idea que aunque ahora no entienden, cuando crezca dará frutos de seguridad u fortaleza y con un poco de suerte y toda mi dedicación encontrarán la raíz de estas en el mismo lugar que yo, en Dios.

Venga que se nos hace tarde con tamta reflexión! Desde ese punto complicado seguimos unos 7 km y llegamos al área recreativa de la ermita de la Virgen de Guía. Saliendo a la carretera, durante 500 m marchamos por el arcén de la carretera, y tomamos el camino que sale a la izquierda.
Pasando detrás de unas naves industriales,en 3,5 km llegaríamos a Hinojosa del Duque, con una plaza del ayuntamiento que tiene una Iglesia espectacular, vistas ante las cuales decidimos parar a reponer fuerzas y hacer nuestro primer desayuno.

Desde la plaza del Ayuntamiento, y siguiendo los azulejos salimos al kilómetro 1 de la carretera A-3279. Tras el punto km 2 tomamos el camino de la izquierda. En 2 km desde la desviación alcanzamos el arroyo de la Dehesa de las Viñas. A casi 1,5 km llegaríamos a un punto donde tuvimos especial cuidado en no desviarnos de nuestra ruta. A casi 2 km desde el Arroyo Cohete llegamos a una carretera que hacia la derecha se dirige a Belalcázar. Continuando de frente, se marcha durante 5 km por un terreno muy áspero para la bici, y sobre todo con mucho riesgo de pinchazo.

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Nosotros decidimos hacer caso a las indicaciones y seguir por ella a la derecha hasta dar con otra de más anchura en la que por fin nos encontramos una señal de los grandes avances que hemos ido haciendo en el camino desde que arrancamos ayer. ¡Hemos llegado a Extremandura! Que pronto y que esfuerzo para hacerlo, ya empieza a picar el sol y los km se van dejando notar poco a poco.

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Continuamos con nuestro camino por la izquierda hasta la localidad de Monterrubio, cruzando el Río Zújar por el puente junto a la ermita de las Alcantarillas, un poco maltrecha por el tiempo, pero que alberga vida de todo tipo, algo digno de admirar y contemplar durante unos minutos.

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El reinicio de la ruta discurre por una pista asfaltada. Terminado el asfalto, por una zona de casas diseminadas con pequeños huertos llegamos a Castuera al cabo de 18 km desde Monterrubio.

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Partimos de la población por el paseo de Santa Ana, calle Zurbarán hasta las instalaciones del Salón del Ovino. A continuación y saliendo en dirección a Campanario, pero sin salir a la carretera, se toma a la izquierda la Senda del Rey o del Puente de Hierro, coincidente con el sendero GR-115 hasta Campanario, cuidado con esta señalización porque no está del todo claro el camino y es susceptible de ser perdido o pasarnos el desvío, algo que ya me pasó el año pasado y que, gracias a Dios, recordaba.

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El Camino nos conducirá hasta el Arroyo Guadalefra en su cruce con la línea del ferrocarril. Más adelante pasamos ante la antigua estación de Quintana de La Serena. A la altura de un pilar, giraremos a la derecha, continuando por el GR. En este punto íbamos ya algo damnificados por el calor y los kilómetros acumulados, sinceramente tuve hacer un gran esfuerzo para llegar al final d incluso por momentos pensé que tendría que parar. Y es que en el camino hay momentos en qué parece que no tiene fin.  Pedalada a pedalada y poco a poco vamos construyendo un camino mientras lo rodamos. Un camino que ante nuestros ojos parece no tener fin. Tan largo, que se pierde en el horizonte. Tan largo y tortuoso, que nuestra mirada no alcanza a ver su destino. Solo la imaginación es capaz de volar más lejos y nos regala la fortuna de descubrir ese lugar donde  podría empujarnos la fuerza del viento que llevamos dentro de nosotros, ese que nunca deja que me rinda y que llegue allá donde quiera llegar.

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Ya nos queda poco y para llegar al casco urbano de Campanario cruzamos la carretera EX-104 en el paraje conocido como “Las Iglesias caídas” para llegar al barrio de la Ermita y desde aquí bajar a la Plaza de España donde está el Ayuntamiento y la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Pasando de largo estos ya enfilamos una recta que nos llevará directamente a la jefatura de policía local donde enfrente encontraremos la piscina municipal y el Polideportivo de Campanario, donde está situada la zona de descanso del Peregrino.

Mientras vamos comiendo y descansando encontramos ya señales de cansancio y algún que otro malestar pero tenemos un objetivo claro y eso nos empujará a tirar del cuerpo adelante!

 

 

Información de interés:
Campanario: Ayuntamiento (924 831 127), preguntar allí mismo o a la policía local por la acogida a los peregrinos y lugar de descanso.